Efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de Albacete, con la colaboración de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Albacete y Cuenca, han desmantelado una organización criminal que captaba en origen a ciudadanos de diversas nacionalidades, en situación irregular, a los cuales explotaba laboralmente en fincas agrícolas de las provincias de Albacete, Alicante, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Murcia, Valencia y Zaragoza.
La operación policial denominada FRANCISKAN-EVEREST, se inició en julio de 2024 y ha desembocado en la detención de 11 personas, la investigación de otras dos, y la liberación de 322 personas, de las que 294 se encontraban en situación irregular.
El modus operandi empleado por la red criminal consistía en captar a inmigrantes de origen nepalí y paquistaní que viajaban con visados de turista hasta países del territorio Schengen, y una vez en suelo europeo, eran trasladados hasta Barcelona, desde donde se derivaban a otras partes del territorio nacional donde eran víctimas de explotación laboral.
Estos ciudadanos extranjeros llegaban a pagar o generar una deuda con la organización de hasta 11.000 euros para obtener los visados, quedando en situación irregular una vez caducados los permisos de estancia temporal como turistas.
Para sus actividades criminales, la organización criminal se estructuraba en diferentes ramificaciones interconectadas siendo una de ellas la dedicada a alojar y explotar laboralmente a extranjeros en la localidad de Villalgordo del Júcar. En esta localidad la organización compraba y alquilaba viviendas y naves agrícolas de gran capacidad, en las que proporcionaba alojamiento a los inmigrantes, hacinándolos en colchones a ras de suelo, en zonas sin ventilación, con escasos aseos, y en condiciones de vida totalmente indignas e inhumanas absolutamente carentes de las mínimas condiciones de higiene y salubridad.
Desde esta localidad “dormitorio” desplazaban diariamente a sus víctimas hasta los distintos puntos de trabajo. Estos desplazamientos se hacían en furgonetas, alguna de las cuales circulaban sin reunir las debidas condiciones de seguridad. Consecuencia de ello, se produjeron diversos accidentes de circulación y se ha tenido que lamentar el fatal resultado de uno de ellos, en el que perdió la vida una persona de origen nepalí.
Esta potente organización criminal utilizaba gran cantidad de testaferros para crear empresas de servicios agrícolas, generando una apariencia de legalidad que lograban utilizando documentaciones fraudulentas y otros complejos métodos de engaño.